Cuando hablamos de un trasplante capilar podríamos pensar que la motivación es puramente estética. No obstante, las consecuencias psicológicas de los problemas capilares pueden ser devastadoras generando pérdida importante de autoestima, inseguridad o incluso depresión.
El microimplante capilar se ha convertido en una de las mejores alternativas para los pacientes que sufren de alopecia dados los buenos resultados que potencialmente se pueden alcanzar. Esta cirugía permite recuperar la densidad capilar perdida, cubrir o camuflar cicatrices y restaurar el marco superior de la cara que se ve afectado cuando se ha perdido pelo en dicha zona.
En la cirugía moderna de restauración capilar pueden obtenerse folículos pilosos usando la técnica FUSS (tira) o la técnica FUE. Con esta última, podemos extraer los folículos pilosos que se necesitan implantar dejando mínimos vestigios de haber sido sometido a un procedimiento quirúrgico.
¿Cómo se realiza una cirugía de implante capilar en Medellín?
El trasplante capilar FUE es un procedimiento quirúrgico poco invasivo, de pronta recuperación, que ha revolucionado el mundo de la cirugía capilar. Al usar esta técnica se extraen de manera individual (uno a uno) sin necesidad de retirar una tira del cuero cabelludo como se hace con la técnica FUSS.
Es necesario realizar una cita de valoración previamente, dónde se establecerán los objetivos y se explicaran los detalles del procedimiento quirúrgico. Asimismo se darán las indicaciones a tener en cuenta antes de la cirugía. Esta es una cirugía cuya duración oscila entre 6 y 8 horas, dependiendo de la cantidad de injertos a trasplantar. Todo el proceso se efectúa bajo anestesia local. Debido a que un folículo piloso es una estructura bastante pequeña, se requiere de una adecuada visualización. Por lo tanto es necesario el empleo de magnificación quirúrgica y una fuente externa de iluminación para tener un campo visual apropiado, que permita la mayor precisión posible. Generalmente se inicia a primera hora de la mañana y se realiza en dos fases.
En la primera fase se realiza la obtención de los folículos pilosos para lo cual usualmente es necesario un rasurado de la zona donante. Con ayuda de un micromotor se realizan pequeñas incisiones mínimamente invasivas para extraer las unidades foliculares a partir de la zona donante. Los folículos retirados se revisan y se colocan en un recipiente con una sustancia especial, bajo una correcta temperatura y con la humedad adecuada, que permita posibilitar la sobrevida de los injertos, que para ese momento no presentan flujo sanguíneo.
Al culminar la primera fase del proceso de extracción se le permite un descanso al paciente durante el cual podrá disfrutar de un refrigerio o almuerzo y asistir al baño.
En la segunda fase se realiza la implantación de los folículos pilosos en la zona a cubrir (receptora). Ya el paciente se encuentra en una posición más cómoda (semisentado) y podrá disfrutar de entretenimiento audiovisual, escuchar música, trabajar en un laptop o simplemente dormir.
Para poner los injertos en su sitio hacemos uso de dispositivos tipo implanter que permite disminuir la posibilidad de lesionar los delicados folículos pilosos.
Al finalizar el procedimiento se le dan al paciente las instrucciones a seguir en casa para una adecuada evolución del proceso y se programan las citas de revisión. Hay que insistir en la importancia de tener mucha paciencia ya que solo después de 4 a 6 meses se empezará a observar el crecimiento de los folículos pilosos implantados.
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